Adán y Eva ¿fueron disléxicos?
Cuando el monje agustino Gregor Johan Mendel estableció las leyes que llevan su nombre relativas a la transmisión de las características de los organismos de padres a hijos, no podía imaginar que con sus estudios con los guisantes estaba creando una nueva disciplina científica: la genética. La genética es una de las áreas del conocimiento humano sobre la que más se investiga; al fin y al cabo, es la genética la que puede orientarnos acerca de las cuestiones filosóficas típicas: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿adónde vamos?
Las células eucarióticas tienen unas estructuras denominadas mitocondrias en las que se encuentra un material genético característico, el ADN mitocondrial, descubierto por Nass y Nass en 1963. Lo que nos interesa en este post es el hecho de que las mitocondrias de las células de cualquier ser humano son heredadas del óvulo materno sin que el espermatozoide contribuya para nada. El rastreo de ese ADN mitocondrial nos llevaría, en un viaje en el tiempo hacia atrás, a nuestro primer ancestro femenino: Eva. Según la genética, que en gran medida ha confirmado las teorías proporcionadas por los registros fósiles, Eva vivió en África hace unos 160.000 ó 200.000 años. El estudio de los haplogrupos del ADN mitocondrial, también llamado EVA mitocondrial, y su evolución ha permitido establecer las diferentes migraciones que el Homo sapiens llevó a cabo desde África extendiéndose por el resto del mundo. Pero hay más, de la misma forma que el ADN mitocondrial se hereda exclusivamente de la madre, el cromosoma Y, que es el que determina el sexo masculino, se hereda de forma exclusiva por vía paterna. El rastreo genético del cromosoma Y ha permitido llegar igualmente al primer ancestro masculino del Homo sapiens: Adán, que vivió también en África pero hace unos 60.000 años. La aparente paradoja de ese desfase de unos 100.000 años, en el mejor de los casos, entre Adán y Eva, no deja de ser una anécdota curiosa. El rastreo del cromosoma Y lo que indica es que todos los varones actuales son descendientes directos de aquel Adán de hace 60.000 años que impuso su carga genética al resto de la Humanidad. Lo que sí parece cierto es que primero fue Eva y después surgió Adán. Lejos de entrar en polémicas bíblicas, lo cierto es que en tiempos de Moisés todo esto se desconocía y lo lógico es que la Biblia fuese escrita en base al conocimiento de la época.
Lo interesante de los estudios de los diferentes haplogrupos, tanto del cromosoma Y como del ADN mitocondrial, es que han permitido rastrear la forma por la que el Homo sapiens colonizó la tierra y desplazó al hombre de Neandertal, con el que convivió 13.000 años o más, hasta su extinción hace 27.000 años. Bueno ¿y todo esto qué tiene que ver con la dislexia? Mucho, el rastreo de las migraciones, cómo se fueron mezclando las diferentes tribus y demás, permite establecer a los genetistas momentos interesantes de la evolución humana. Por ejemplo, recientemente hemos podido leer las conclusiones de un estudio por las que los ojos azules en el ser humano surgieron hace unos 10.000 años. ¿Y la dislexia? Probablemente ni Adán ni Eva fueron disléxicos, al menos Eva no lo fue o no tenemos medios para saberlo ya que el ADN mitocondrial no tiene ninguna relación con la dislexia. Pero la dislexia, los genes relacionados con su compleja transmisión genética, al menos algunos de ellos entre los que conocemos y probablemente alguno más que todavía desconocemos, debieron surgir ya en África, previamente a su difusión por todo el planeta, y antes de que se diferenciaran las actuales razas puesto que la dislexia se puede detectar en todas las culturas en las que existe un lenguaje escrito. Es probable que esto ocurriese hace 40.000 años habiendo convivido el Homo sapiens dislexicus tranquilamente con sus congéneres hasta el nacimiento del lenguaje escrito hace unos 4.500 años. No obstante, un inicio tan temprano de la dislexia debería coincidir, probablemente, con una frecuencia actual de ésta mucho mayor de la que realmente es. Un inicio más tardío difícilmente podría explicar lo que podríamos llamar una distribución universal de la dislexia propia de todas las razas y culturas en las que se ha estudiado. A falta de estudios genéticos más avanzados o más completos por el momento, nos quedamos con la primera hipótesis, concluyendo que, pese a todo, la dislexia no debió suponer ninguna ventaja adaptativa en el curso migratorio del Homo sapiens por toda la faz de la tierra.
Una guía en Atapuerca muestra una reproducción del cráneo de Miguelón , un Homo heidelbergensis (antecesor del hombre de Neandertal), que vivió hace unos 400.000 años y que nada tuvo que ver con la dislexia.
Las células eucarióticas tienen unas estructuras denominadas mitocondrias en las que se encuentra un material genético característico, el ADN mitocondrial, descubierto por Nass y Nass en 1963. Lo que nos interesa en este post es el hecho de que las mitocondrias de las células de cualquier ser humano son heredadas del óvulo materno sin que el espermatozoide contribuya para nada. El rastreo de ese ADN mitocondrial nos llevaría, en un viaje en el tiempo hacia atrás, a nuestro primer ancestro femenino: Eva. Según la genética, que en gran medida ha confirmado las teorías proporcionadas por los registros fósiles, Eva vivió en África hace unos 160.000 ó 200.000 años. El estudio de los haplogrupos del ADN mitocondrial, también llamado EVA mitocondrial, y su evolución ha permitido establecer las diferentes migraciones que el Homo sapiens llevó a cabo desde África extendiéndose por el resto del mundo. Pero hay más, de la misma forma que el ADN mitocondrial se hereda exclusivamente de la madre, el cromosoma Y, que es el que determina el sexo masculino, se hereda de forma exclusiva por vía paterna. El rastreo genético del cromosoma Y ha permitido llegar igualmente al primer ancestro masculino del Homo sapiens: Adán, que vivió también en África pero hace unos 60.000 años. La aparente paradoja de ese desfase de unos 100.000 años, en el mejor de los casos, entre Adán y Eva, no deja de ser una anécdota curiosa. El rastreo del cromosoma Y lo que indica es que todos los varones actuales son descendientes directos de aquel Adán de hace 60.000 años que impuso su carga genética al resto de la Humanidad. Lo que sí parece cierto es que primero fue Eva y después surgió Adán. Lejos de entrar en polémicas bíblicas, lo cierto es que en tiempos de Moisés todo esto se desconocía y lo lógico es que la Biblia fuese escrita en base al conocimiento de la época.
Lo interesante de los estudios de los diferentes haplogrupos, tanto del cromosoma Y como del ADN mitocondrial, es que han permitido rastrear la forma por la que el Homo sapiens colonizó la tierra y desplazó al hombre de Neandertal, con el que convivió 13.000 años o más, hasta su extinción hace 27.000 años. Bueno ¿y todo esto qué tiene que ver con la dislexia? Mucho, el rastreo de las migraciones, cómo se fueron mezclando las diferentes tribus y demás, permite establecer a los genetistas momentos interesantes de la evolución humana. Por ejemplo, recientemente hemos podido leer las conclusiones de un estudio por las que los ojos azules en el ser humano surgieron hace unos 10.000 años. ¿Y la dislexia? Probablemente ni Adán ni Eva fueron disléxicos, al menos Eva no lo fue o no tenemos medios para saberlo ya que el ADN mitocondrial no tiene ninguna relación con la dislexia. Pero la dislexia, los genes relacionados con su compleja transmisión genética, al menos algunos de ellos entre los que conocemos y probablemente alguno más que todavía desconocemos, debieron surgir ya en África, previamente a su difusión por todo el planeta, y antes de que se diferenciaran las actuales razas puesto que la dislexia se puede detectar en todas las culturas en las que existe un lenguaje escrito. Es probable que esto ocurriese hace 40.000 años habiendo convivido el Homo sapiens dislexicus tranquilamente con sus congéneres hasta el nacimiento del lenguaje escrito hace unos 4.500 años. No obstante, un inicio tan temprano de la dislexia debería coincidir, probablemente, con una frecuencia actual de ésta mucho mayor de la que realmente es. Un inicio más tardío difícilmente podría explicar lo que podríamos llamar una distribución universal de la dislexia propia de todas las razas y culturas en las que se ha estudiado. A falta de estudios genéticos más avanzados o más completos por el momento, nos quedamos con la primera hipótesis, concluyendo que, pese a todo, la dislexia no debió suponer ninguna ventaja adaptativa en el curso migratorio del Homo sapiens por toda la faz de la tierra.
Una guía en Atapuerca muestra una reproducción del cráneo de Miguelón , un Homo heidelbergensis (antecesor del hombre de Neandertal), que vivió hace unos 400.000 años y que nada tuvo que ver con la dislexia.
Etiquetas: ADN, evolución, gen, genética, historia, Homo sapiens
1 Comments:
Cabe la posibilidad que la disléxia apareciera en el mismo momento que aparecieron los lenguajes simbólicos arbitrarios ?, números, fechas, calendarios, símbolos escritos,.... estos lenguajes nos han permitido avanzar hasta día de hoy de forma muy rápida, ya que se han podido almacenar y tratar los conocimientos para las siguientes generaciones.
Pero la evolución que arrastramos de los millones de años anteriores a los códigos humanos ? Quizás todos eramos disléxicos antes de la escritura, quizás lo seguimos siendo todos hoy al nacer, pero la educación de un cerebro en formación infantil después de nacer nos arrebata el homo-dislexicus que todos llevamos ??
y porque la evolución no ha matado al homo-dislexicus aún hoy ?? Mi opinión:
Porque se necesita una cierta diversidad en las formas de pensar, porque lo que no se le ocurre a uno calculando, se le puede ocurrir a otro imaginando, y porque aún hoy en día:
El mayor avance tecnológico que ha hecho jamas el hombre y que lo salvo de su extinción, sigue siendo aún EL FUEGO, un fuego que surguio no de un calculo, no de una redaccion sin faltas de ortografia, surgio de una chispa, de eso podemos estar seguros.
By n7, at 25/9/09 19:46
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