Padres impotentes
El diario Granada Hoy publica en su edición de hoy un artículo de opinión de la psicóloga Eugenia Jiménez Gallego. El artículo es una reflexión sobre los métodos educativos en el seno de la familia, el que recibimos nosotros en nuestra infancia, y los modernos: <(...) los medios de comunicación nos han dejado totalmente claro qué es lo que no debemos hacer para educar: ni cachetes, ni reproches, ni comparaciones… Pero mucho menos claro lo que sí es lícito. Es cierto que nos han proporcionado algunas enseñanzas fundamentales: la importancia de expresarles el afecto a nuestros hijos, de alabar su buena conducta –y no sólo reñirles por la menos buena–, de escucharlos y hablar con ellos. Pero, ¿qué ocurre cuando son insuficientes? Como esos padres que susurran tiernamente: "No metas los dedos en el enchufe, cariño". Ante ello, los críos muy dóciles se apartan, pero la mayoría encuentra una nueva diversión.>
Os invitamos a leerlo y dar vuestra opinión al respecto.
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2 Comments:
He leido el artículo y me parece descriptivo, nadie duda de que lo que nos cuenta está ocurriendo, pero a mi me parece que falta algo. Yo creo que se han olvidado del tandem AMOR-RESPETO.
Los padres hemos perdido la autoridad porque no nos la hemos creido, porque vamos deprisa y no nos detenemos a "vivir" con nuestros hijos.
Hemos perdido el respeto a ellos porque los consideramos nuestra propiedad y pensamos que tenemos derecho sobre ellos cuando sólo tenemos responsabilidades ( y si no quién es el responsable de que estén aquí). Si no los respetamos como seres individuales y plenos ellos harán lo mismo con nosotros, y no se sentirán queridos.
Decir"NO" cuando el niño va a meter los dedos en el enchufe es un acto de amor, porque le quiero no quiero que se dañe, si despues en vez de regañarle le explico con calma y seguridad la gravedad de lo que podía haber ocurrido, el se sentirá querido, agradecido y seguro porque sus padres velan por él.
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Irene, at 14/9/06 13:56
Cuando mi hijo era un bebé, tuve que decir más de una vez "NO LO COJAS" a sus familiares más directos porque no quería que se mal acostumbrara a los brazos.
Tuve y tengo que decirles muchas veces "NO SE LO COMPRES" porque el objeto en cuestión no lo necesita, aunque él lo desee.
Actualmente en muchas situaciones diarias tengo que decirle "NO".
Tantas negativas me cuestan mucho, y reconozco que cedo en muchas de ellas porque su perseverancia es mayor que la mía.
Lo cierto es que en esta época los factores sociales influyen muchísimo y es una lucha permanente.
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Ana, at 14/9/06 14:32
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