Dislexia y Enfermedad de Transmisión Textual
Hemos hecho referencia con anterioridad al derecho a no leer, el primero de los derechos del lector que recoge Daniel Pennac en su libro Como una novela: "El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión que comparte con otros verbos: el verbo amar..., el verbo soñar..."
El sexto derecho del lector es el derecho al bovarismo, término acuñado por el psicólogo francés Jules de Gaultier derivado del personaje de Emma Bovary de la novela de Gustave Flaubert : "Eso es grosso modo, el bovarismo, la satisfacción inmediata y exclusiva de nuestras sensaciones" (Daniel Pennac). Lo más interesante es que califica el bovarismo como una enfermedad de transmisión textual, concepto que puede aplicarse a innumerables situaciones que se dan en nuestros días debido a la rápida difusión de la información y el conocimiento a través de Internet. Un hecho intrínseco a Internet es el acceso a la publicación en el mismo por cualquier usuario. Y eso está bien. Pero hay que recordar que, por eso mismo, el que se publique algo en la red no es garantía de que sea cierto o riguroso.
Ya nos alertaba de ello, hace algún tiempo, Manuel en Mi dislexia y yo: "Uno de los mayores problemas que tenemos los disléxicos respecto a Internet y la dislexia es la falta de rigor"; y lo hacía en referencia a la reiterativa repetición de que entre el 10 y el 15% de la población es disléxica, preguntándose de dónde salían estas cifras. Él mismo daba la contestación: "Se copian de página a página o se dictan a la prensa". ¿No es esto una enfermedad de transmisión textual?
La falta de rigor en relación a Internet y la Dislexia es muy preocupante. Parece que todo vale: desde que se trate de un DON (a nosotros nos parece más bien una putada) hasta la pretendida Cura de la misma. Reconocemos el legítimo derecho de venta de unos y otros, pero despreciamos el bovarismo de los que por medio del corta y pega se limitan a la perpetuación de los dimes y diretes y la gran cantidad de paja que adorna a la dislexia.
Si realizamos una búsqueda de dislexia en Google, a 22 de Noviembre el resultado es de aproximadamente 1.930.000 páginas.
Desde la incidencia de la dislexia, para la que no hay estudios serios en España, hasta la pretendida dislexia de algunos personajes famosos muertos incluso antes de la descripción de esta condición, la falta de rigor se perpetúa como una enfermedad de transmisión textual alarmante.
"He aquí una cosa que rechazamos cuanto más la necesitamos: el consejo. De mala gana lo escucha quien más lo necesita, a saber: el ignorante" (Leonardo da Vinci, Aforismos). Un consejo: cuestionad todo lo que encontréis en Internet y contrastarlo, incluído este mismo Post.
El sexto derecho del lector es el derecho al bovarismo, término acuñado por el psicólogo francés Jules de Gaultier derivado del personaje de Emma Bovary de la novela de Gustave Flaubert : "Eso es grosso modo, el bovarismo, la satisfacción inmediata y exclusiva de nuestras sensaciones" (Daniel Pennac). Lo más interesante es que califica el bovarismo como una enfermedad de transmisión textual, concepto que puede aplicarse a innumerables situaciones que se dan en nuestros días debido a la rápida difusión de la información y el conocimiento a través de Internet. Un hecho intrínseco a Internet es el acceso a la publicación en el mismo por cualquier usuario. Y eso está bien. Pero hay que recordar que, por eso mismo, el que se publique algo en la red no es garantía de que sea cierto o riguroso.
Ya nos alertaba de ello, hace algún tiempo, Manuel en Mi dislexia y yo: "Uno de los mayores problemas que tenemos los disléxicos respecto a Internet y la dislexia es la falta de rigor"; y lo hacía en referencia a la reiterativa repetición de que entre el 10 y el 15% de la población es disléxica, preguntándose de dónde salían estas cifras. Él mismo daba la contestación: "Se copian de página a página o se dictan a la prensa". ¿No es esto una enfermedad de transmisión textual?
La falta de rigor en relación a Internet y la Dislexia es muy preocupante. Parece que todo vale: desde que se trate de un DON (a nosotros nos parece más bien una putada) hasta la pretendida Cura de la misma. Reconocemos el legítimo derecho de venta de unos y otros, pero despreciamos el bovarismo de los que por medio del corta y pega se limitan a la perpetuación de los dimes y diretes y la gran cantidad de paja que adorna a la dislexia.
Si realizamos una búsqueda de dislexia en Google, a 22 de Noviembre el resultado es de aproximadamente 1.930.000 páginas.
Desde la incidencia de la dislexia, para la que no hay estudios serios en España, hasta la pretendida dislexia de algunos personajes famosos muertos incluso antes de la descripción de esta condición, la falta de rigor se perpetúa como una enfermedad de transmisión textual alarmante.
"He aquí una cosa que rechazamos cuanto más la necesitamos: el consejo. De mala gana lo escucha quien más lo necesita, a saber: el ignorante" (Leonardo da Vinci, Aforismos). Un consejo: cuestionad todo lo que encontréis en Internet y contrastarlo, incluído este mismo Post.
Etiquetas: Blogs de dislexia, Como una novela, Daniel Pennac, derechos del lector, google, incidencia, Internet, Leonardo da Vinci
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