Dislexia hasta en la sopa

Por F. Martínez

Este post se nos ocurrió anoche durante la cena: sopa de letras. Mi hija pequeña intentaba leer las letras en la cuchara y nos preguntaba por qué no se formaban palabras que tuvieran algún significado. Yo intentaba explicarle que eso era prácticamente imposible; al fin y al cabo, las letras presentes en un envase de sopa de letras no están representadas en la misma proporción en que las diferentes letras son utilizadas en el lenguaje corriente. Pero ella no lo terminaba de entender.
Hace poco más de dos años, la escasez de noticias en relación a la dislexia nos obligaba a buscar exhaustivamente cualquier fuente en la que la palabra dislexia tuviera alguna presencia. No es el caso hoy día. Se ha conseguido que la dislexia esté de forma habitual en los medios de comunicación, en los Blogs y hasta en la sopa.



Todo esto viene a colación de que este fin de semana ha sido muy prolífico para la dislexia: se han creado tres nuevos Blogs. Ello debería alegrarnos y nos alegra en parte. Pero sólo en parte. Dos de ellos tienen exactamente la misma estructura, plantilla y color, y, lo más llamativo, publican entradas ya publicadas en otras fuentes tal cual, hasta con los mismos errores de puntuación, el famoso corta y pega. El tercero, excepto por la última entrada, repite entradas publicadas previamente en otras fuentes, con el agravamente de ser, además, de hace unos meses en algunos casos. Los tres tienen algo en común: están publicados por la misma persona, aunque no aparezca en los Blogs. En Internet todos dejamos abundantes rastros y resulta muy fácil seguir las pistas. Finalidad de todo esto: autobombo y platillo. Por supuesto que todo el mundo tiene derecho a crear tantos Blogs como quiera; pero crear un sinfín de Blogs, publicando y republicando lo mismo, una y otra vez, lo único que hace es generar paja que sólo va a servir para aburrir y desesperar a todos aquellos que se acerquen a los Blogs de dislexia con la mejor intención para buscar información, noticias u orientación.



Al final, con imaginación, paciencia y una pequeña trampa, mi hija puso algo de cordura en la sopa.