Dislexia sin Complejos

martes, junio 24, 2008

Pseudodislexias

Hace poco más de dos años, un trabajo presentado al congreso virtual de psiquiatría Interpsiquis 2006 ganaba el 5º premio psiquiatria.com en neurociencias al mejor trabajo de psiquiatría publicado en dicho congreso: TDAH: un trastorno de moda. En este trabajo se ponía de manifiesto que sólo uno de cada 3 niños diagnosticados de Hiperactividad (TDHA) padecen realmente este trastorno.
Como bien expusiera el psicólogo Rubén Scandar, Presidente de la Fundación de Neuropsicología Clínica de Buenos Aires, en el II Congreso Nacional de TDAH (Madrid, 2008): De igual forma que no todo el que se mueve mucho es un TDAH, podría decirse que no todo el que lee con dificultad es disléxico. No debe confundirse una pobre ejercitación de la lectura con la dislexia, un trastorno específico. Dicho de otro modo y que parece igualmente válido tanto para la dislexia como para el TDAH: ni están todos los que son, ni son todos los que están.
Como menciona Constanza Padilla de Zerdán, del Instituto de Investigaciones Lingüísticas (INSIL), Argentina, en Estudios de Lingüistica Clínica (Montserrat Veyrat Rigat y Beatriz Gallardo Paúls, editoras, Universitat de València, 2004): en contraposición a la dislexia evolutiva existirían ...otras dificultades de lectura y escritura (de origen extrínseco, ya sea pedagógico, afectivo o sociocultural) englobadas en el término de pseudodislexia (Estienne, 1995; Condemarín y Blomquist, 1993).
Así pues las pseudodislexias (del griego, ψεύδο-: falso) serían todas aquellas falsas dislexias que no se corresponden con un trastorno neurobiológico característico por el cual un disléxico es incapaz de aprender por los métodos convencionales conocidos.
Se viene hablando mucho (y cada vez más) de la dislexia y de que afecta al 15% de la población. Los estudios científicos serios establecen una prevalencia de la dislexia para lenguas transparentes, como es el caso del castellano, en torno al 5%. Es curioso que se esté triplicando el porcentaje de disléxicos al igual que ocurre en el TDAH, como hemos hecho referencia a propósito del trabajo TDAH: un trastorno de moda. Tanto la dislexia como el TDAH son entidades que requieren en la escuela del apoyo y los medios, tanto humanos como materiales, necesarios para ser atendidas con la eficiencia precisa. No porque se magnifique el problema se va a conseguir más de las respectivas administraciones públicas. Lo único que se puede conseguir con estas pseudodislexias es que entren en el mismo saco lo que son y los que no lo son, teniendo en cuenta que los medios actuales son completamente insuficientes y ello va en claro perjuicio de los que tienen una contrastada y confirmada dislexia evolutiva.
En la actualidad se está olvidando que es el diagnótico (nunca nos ha gustado el término por la posible confusión que origina con respecto a lo patológico), o mejor aún, la evaluación psicopedagógica la que es fundamental, no tanto para decir si una persona es o no es disléxica, sino para establecer las oportunas y necesarias pautas de actuación tanto en el aula como en el ámbito familiar.

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