El panorama de la dislexia

No, este post no pretende ser un breviario o epítome de lo que ha acontecido durante todo este 2008 en relación a la dislexia y demás dificultades de aprendizaje, entre otras cosas, porque resultaría un breviario muy largo. Como hemos dicho en algunas ocasiones, la dislexia va dejando de ser ese trastorno invisible que fue el lema del II Congreso de Dislexia en Palma de Mallorca (2006), debido en gran medida al esfuerzo y trabajo de las Asociaciones de Dislexia existentes por España, en su labor de difusión en prensa, radio y televisión, por explicar a la sociedad las dificultades que presentan durante el aprendizaje los niños y niñas con dislexia.
Sin embargo, y pese a que la L.O.E., la cual contempla en su texto las necesidades educativas específicas, va camino de cumplir los tres años en unos meses, lo cierto es que se ha avanzado muy poco. Seguimos dependiendo de la buena voluntad del profesorado. Ahora que en Cataluña se está luchando por conseguir incluir en su Ley de Educación un contenido similar al de la L.O.E. (en lo que respecta a las necesidades educativas específicas) como nos informa Noticias-Dislexia, y que representa un significativo avance, nos damos cuenta que todo esto no es más que papel mojado si no se aborda el problema en profundidad. La cuestión es que la Educación en España continúa estancada. No se puede pretender mejorar la Educación sin inversiones más importantes que las que se están realizando en el país. Si la figura del profesor o el maestro debe representar la piedra angular que soporta todo el proceso de la Educación, debe ser prioridad del Estado su formación y propiciar su motivación para la enseñanza. No queremos esperar a que sea la lotería la que nos agracie con que nuestro hij@ disléxic@ dé con un maestro formado en dificultades de aprendizaje y motivado para la enseñanza, no aquejado del burn-out (estar quemado), tan frecuente entre este colectivo. Queremos que todos estén formados y motivados para no depender del azar. Pero eso es tarea de las diferentes administraciones educativas.
Estamos seguros de que lo que desamos todos es que el maestro sea capaz de contagiar su motivación a nuestros hij@s, porque como pone de manifiesto la psicóloga costarricense Marina Peña en sus diferentes intervenciones por nuestra geografía, sin motivación no puede haber aprendizaje.