Breaking the surface
Debajo de la superficie más o menos convencional de cada individuo, más o menos alto o bajo, más o menos grueso o delgado, más o menos disléxico o normolector, se encuentra siempre una persona con sus propias inquietudes, sus propios deseos, sus propias aficiones y sus propios objetivos. Juzgamos demasiado alegremente a las personas solo por lo que vemos de ellas, por las apariencias, e incluso emitimos juicios de valor cuando esas mismas personas admiten hechos o cuestiones de su esfera íntima que están condenados socialmente.
Conocemos muchas personas adultas con dislexia que ocultan la misma en sus trabajos o en sus entornos sociales, para lo cual han desarrollado importantes estrategias para compensar su desventaja. ¿Por qué? Sencillamente, si la dislexia en la infancia es un motivo de lucha, a menudo encarnizada, para conseguir que en el aula se tomen las medidas más adecuadas para el aprendizaje de estos niños y niñas, en los adultos, en la mayoría de los casos, la dislexia se convierte en algo parecido a una lacra social. Si se es brillante como Mariscal, Orlando Bloom, o Keira Knightley, vale, incluso es motivo de admiración añadida por cuanto que se presupone que han llegado a donde están pese a su dislexia. Pero si se es del montón, de la normalidad en términos estadísticos, la dislexia se convierte en un lastre que rápidamente se asocia a torpeza, ineptitud o vaguería.
El que está considerado el mejor saltador de trampolín de todos los tiempos, Greg Louganis, es disléxico, o tiene dislexia (ver: ser o tener). Louganis ganó los títulos mundiales de trampolín de 3 mts y Plataforma de 10 mts en 1982 (Guayaquil) y en 1986 (Madrid); así como dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (1984), y otras dos en los Juegos Olímpicos de Seúl (1988). Anteriormente había ganado una medalla de plata en los JJOO de Montreal (1976) con solo 16 años. El boicot a los JJOO de Moscú (1980) retrasó su gran éxito olímpico.
La banderola de su dislexia se vio notoriamente empañada cuando, después de los JJOO de Seúl, en 1994, reconoció abiertamente su homosexualidad y su infección por el VIH. La dislexia parece como si se hubiese olvidado y, su homosexualidad y su infección por el VIH, se convirtieron en un importante lastre para su carrera deportiva.
En 1995 publicó el libro Breaking the surface, con Eric Marcus, una hermosa referencia para describir tanto el momento en que un saltador entra en el agua como el hecho de sincerarse y contar las intimidades subyacentes debajo de la superficie más convencional de la que hablábamos al principio. En 1997 se realizó una película para televisión sobre su biografía, "Rompiendo la superficie" (no estrenada en España), protagonizada por el actor Mario Lopez haciendo de Louganis y dirigida por Steven H. Stern.
Sin grandes pretensiones, este digno telefilm nos acerca de una forma íntima al universo de Greg Louganis, un niño que no era aceptado por su padre adoptivo, víctima de bullying en el colegio y algún que otro problema con la justicia en la juventud; y posteriormente víctima de maltrato por su pareja homosexual e infectado por el VIH. Louganis encontró en el salto de trampolín la motivación necesaria para llegar a ser lo que desde bien niño siempre quiso ser.
En los JJOO de Seúl, la piscina olímpica enmudeció cuando durante un salto en la sesión de clasificación, Louganis se golpeó la cabeza con el trampolín. No obstante, al día siguiente, ganaba la medalla de oro en uno de los saltos más memorables jamás realizados.
Las imágenes reales de aquél accidente podéis verlas aquí.
Hemos hablado anteriormente de dislexia y motivación (ver: Rudy). Todas las personas, disléxicas o no, necesitamos de una motivación para poder llegar a ser lo que deseamos ser. En eso no nos diferenciamos en nada. Llegar a ser algo o alguien, pese a una desventaja, es lo que con toda probabilidad nos puede diferenciar; al fin y al cabo, lo más fácil suele ser tirar la toalla y abandonar el sueño.
Conocemos muchas personas adultas con dislexia que ocultan la misma en sus trabajos o en sus entornos sociales, para lo cual han desarrollado importantes estrategias para compensar su desventaja. ¿Por qué? Sencillamente, si la dislexia en la infancia es un motivo de lucha, a menudo encarnizada, para conseguir que en el aula se tomen las medidas más adecuadas para el aprendizaje de estos niños y niñas, en los adultos, en la mayoría de los casos, la dislexia se convierte en algo parecido a una lacra social. Si se es brillante como Mariscal, Orlando Bloom, o Keira Knightley, vale, incluso es motivo de admiración añadida por cuanto que se presupone que han llegado a donde están pese a su dislexia. Pero si se es del montón, de la normalidad en términos estadísticos, la dislexia se convierte en un lastre que rápidamente se asocia a torpeza, ineptitud o vaguería.
El que está considerado el mejor saltador de trampolín de todos los tiempos, Greg Louganis, es disléxico, o tiene dislexia (ver: ser o tener). Louganis ganó los títulos mundiales de trampolín de 3 mts y Plataforma de 10 mts en 1982 (Guayaquil) y en 1986 (Madrid); así como dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (1984), y otras dos en los Juegos Olímpicos de Seúl (1988). Anteriormente había ganado una medalla de plata en los JJOO de Montreal (1976) con solo 16 años. El boicot a los JJOO de Moscú (1980) retrasó su gran éxito olímpico.
La banderola de su dislexia se vio notoriamente empañada cuando, después de los JJOO de Seúl, en 1994, reconoció abiertamente su homosexualidad y su infección por el VIH. La dislexia parece como si se hubiese olvidado y, su homosexualidad y su infección por el VIH, se convirtieron en un importante lastre para su carrera deportiva.
En 1995 publicó el libro Breaking the surface, con Eric Marcus, una hermosa referencia para describir tanto el momento en que un saltador entra en el agua como el hecho de sincerarse y contar las intimidades subyacentes debajo de la superficie más convencional de la que hablábamos al principio. En 1997 se realizó una película para televisión sobre su biografía, "Rompiendo la superficie" (no estrenada en España), protagonizada por el actor Mario Lopez haciendo de Louganis y dirigida por Steven H. Stern.
Sin grandes pretensiones, este digno telefilm nos acerca de una forma íntima al universo de Greg Louganis, un niño que no era aceptado por su padre adoptivo, víctima de bullying en el colegio y algún que otro problema con la justicia en la juventud; y posteriormente víctima de maltrato por su pareja homosexual e infectado por el VIH. Louganis encontró en el salto de trampolín la motivación necesaria para llegar a ser lo que desde bien niño siempre quiso ser.
En los JJOO de Seúl, la piscina olímpica enmudeció cuando durante un salto en la sesión de clasificación, Louganis se golpeó la cabeza con el trampolín. No obstante, al día siguiente, ganaba la medalla de oro en uno de los saltos más memorables jamás realizados.
Las imágenes reales de aquél accidente podéis verlas aquí.
Hemos hablado anteriormente de dislexia y motivación (ver: Rudy). Todas las personas, disléxicas o no, necesitamos de una motivación para poder llegar a ser lo que deseamos ser. En eso no nos diferenciamos en nada. Llegar a ser algo o alguien, pese a una desventaja, es lo que con toda probabilidad nos puede diferenciar; al fin y al cabo, lo más fácil suele ser tirar la toalla y abandonar el sueño.
Etiquetas: adopción, autoestima, bullying, cine, deporte, desventaja, dislexia del adulto, homosexualidad, VIH
1 Comments:
Parece mentira que grandes genios como Albert Einstein, Isaac Newton o Thomas Edison hayan tenido dificultades a la hora de leer y escribir. Pero la dislexia afecta personalidades de todo tipo, desde políticos como Winston Churchill o John F. Kennedy, pasando por actores como Tom Cruise, Johnny Depp, Orlando Bloom, Jack Nicholson o Robin Williams, hasta a artistas de la talla de Leonardo Da Vinci o Pablo Picasso. http://goo.gl/cxFAI
By egipto, at 18/2/11 12:07
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