De los usos de la dislexia
Estamos acostumbrados, aunque no nos guste, a usos del término dislexia que, aunque indebidos, gozan de gran popularidad en Internet. Es habitual la descalificación que se hace por periodistas y comentaristas aludiendo a la dislexia política de algunos personajes públicos. Que un político diga una cosa y haga lo contrario no es si no la consecuencia de la propia actividad política. Y no tiene nada que ver con la dislexia. Quizás, el término dislexia política tenga su origen en la presunción de la relación con los problemas de lateralidad de algunos disléxicos: la confusión derecha izquierda y la asociación de esto con los términos sociopolíticos de la derecha y la izquierda. Como los bandazos de algunos personajes en una u otra dirección son frecuentes, la alusión a la dislexia resulta casi inevitable.
La verdad es que la dislexia no tiene nada que ver con la lateralidad. La denominada lateralidad cruzada es tan frecuente en la población general que no es de extrañar que haya disléxicos que la presenten, pero eso no significa que sea consustancial.
Ayer mismo, nuestra capacidad de asombro se vio desbordada cuando nuestro sistema de alertas nos informó de la siguiente noticia: Otra muy frecuente es la dislexia de cadera, que se trata de la dislocación, subluxación o luxación de la cadera al nacer o en los primeros meses de vida, publicado en Guía Médica de Honduras. Lo hemos dicho muchas veces: Errare humanum est; y resulta obvio que se ha cometido el error de usar el término dislexia por displasia, ya que lo que se describe es la displasia de cadera. Puede ser que el tipógrafo sea una persona con dislexia, pero se supone que la misión de un redactor debe ser evitar este tipo de errores y más tratándose de una publicación sobre temas médicos.
Con tanta barbaridad como puede leerse en Internet sobre la dislexia (y sobre cualquier cosa en general) deberíamos estar ya acostumbrados. Pero lo cierto es que no terminamos de hacerlo. Afortunadamente.
La verdad es que la dislexia no tiene nada que ver con la lateralidad. La denominada lateralidad cruzada es tan frecuente en la población general que no es de extrañar que haya disléxicos que la presenten, pero eso no significa que sea consustancial.
Ayer mismo, nuestra capacidad de asombro se vio desbordada cuando nuestro sistema de alertas nos informó de la siguiente noticia: Otra muy frecuente es la dislexia de cadera, que se trata de la dislocación, subluxación o luxación de la cadera al nacer o en los primeros meses de vida, publicado en Guía Médica de Honduras. Lo hemos dicho muchas veces: Errare humanum est; y resulta obvio que se ha cometido el error de usar el término dislexia por displasia, ya que lo que se describe es la displasia de cadera. Puede ser que el tipógrafo sea una persona con dislexia, pero se supone que la misión de un redactor debe ser evitar este tipo de errores y más tratándose de una publicación sobre temas médicos.
Con tanta barbaridad como puede leerse en Internet sobre la dislexia (y sobre cualquier cosa en general) deberíamos estar ya acostumbrados. Pero lo cierto es que no terminamos de hacerlo. Afortunadamente.
Etiquetas: Dislexia, displasia, Internet, lateralidad, lenguaje escrito, política
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