Lo mejor de la dislexia

Agosto es un mes completamente anodino para la dislexia. El que la gente se encuentre de vacaciones y la ausencia de noticias relevantes desde un punto de vista científico, hacen que este mes sea para pasar página. Repasando nuestras publicaciones anteriores en este mes, observamos que acostumbran a ser una reflexión en voz alta desde un punto de vista subjetivo. Y subjetivos vamos a seguir siendo en agosto escribiendo sobre lo mejor de la dislexia. Hemos escrito mucho sobre dislexia, con mayor o menor acierto, pero siempre con honestidad. Somos lo suficientemente humildes (y precavidos) como para saber que cuando hablamos de dislexia no estamos, en absoluto, en posesión de la verdad absoluta.
Lo mejor de la dislexia es todo aquello que nos ha ocurrido en los últimos años: conocer gente maravillosa gracias a la dislexia. ¡Nunca hubiéramos pensado que pudiéramos agradecer algo a algo tan odioso como la dislexia en sí! Hemos conocido gente con las mismas inquietudes y las mismas incertidumbres que nosotros. Pero también hemos conocido gente rastrera, hipócrita e insultantemente autosuficiente como para tratar de silenciarnos. ¡De todo tiene que haber en la viña del Señor! Pero ese no es nuestro problema. A falta de argumentos para refutar nuestros comentarios en este blog, a todos aquellos que tratan de silenciarnos censurando nuestro blog pinchando en informar sobre mal uso y potenciando su uso para evitar nuestra visibilidad en la Red, nuestro absoluto desprecio. Nosotros no aprobamos ni llevamos a cabo tales prácticas. Creemos que todos debemos tener cabida en la Red, independientemente de nuestras divergentes opiniones, absolutamente respetables todas ellas, excepto aquellas que tratan de ocultar la opinión contraria.