El efecto Mateo
Anunciábamos algunos meses atrás que íbamos a tratar del denominado efecto Mateo, pues bien, es momento de retomarlo porque los temibles recortes que se van a aplicar en Sanidad y Educación van a hacer mucho más vigente y extensible este efecto.
Aunque es mencionado por todos los evangelistas, es el siguiente pasaje del evangelio de San Mateo el que da nombre al efecto que vamos a tratar hoy.
Capítulo 13. Parábola del sembrador.
(...) He aquí, el sembrador salió a sembrar.
13:4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
13:5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
13:6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
13:7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
13:8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
13:9 El que tiene oídos para oír, oiga.
13:10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
13:11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
13:12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Se atribuye este efecto Mateo a Robert K. Merton, si bien, se debe su aplicación en el área de Educación a Keith Stanovich (Matthew effects in reading: Some con¬sequences of individual differences in the acquisition of literacy. Reading Research Quarterly, 1986; 21, 360-407). Aplicado a la adquisición de la habilidad lectora, lo que viene a decirnos este pasaje bíblico es que, la lectura, tiene un efecto positivo para el aprendizaje (al que tiene se le dará y tendrá más), mientras que los que fracasan o se retrasan en ella, al leer menos, eso hace que se distancien aún más con respecto a sus compañeros (pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado).
Hay mucho estudios científicos realizados al respecto entre el desfavorecido grupo de integrantes de lo que solemos denominar el pelotón de los lentos, y el efecto Mateo es una constante para ellos que propicia ese retraso educativo.
Es de temer que los anunciados recortes provoquen un agravamiento del efecto Mateo en el colectivo de los que presentan una Dificultad de Aprendizaje.
Hace poco, publicábamos en este mismo blog: Lo malo de la tijera es el efecto adictivo que tiene. No sé vosotros pero recuerdo, cuando era pequeño, que cuando mi madre me dejaba las tijeras y un periódico para que hiciera recortes, llegaba un momento en el cual el periódico no era suficiente, y ante esa sensación tan inigualable de recortar que nos proporcionaba la tijera, continuábamos con lo que pillábamos. Creo que eso es lo malo de recortar, una vez que se ha metido la tijera ¿dónde está el límite de hasta dónde es razonable recortar? Es necesaria una moderación en el gasto del Estado, pero ¿por qué siempre han de pagar los mismos?
Si nuestro sistema educativo hace habitualmente aguas como nos demuestran los alarmantes informes PISA, ¿qué podemos esperar en los próximos años en los que es de prever una acentuación del efecto Mateo y su más grave consecuencia, el fracaso escolar?
Etiquetas: Dificultad de Aprendizaje, Dislexia, Educación, efecto Mateo, fracaso escolar, informe PISA
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