Cualquier tiempo pasado...

¡Qué tiempos aquellos en los que hablábamos de dislexia! ¡Qué tiempos aquellos en los que la dislexia era protagonista en exclusiva de este blog! Pero las cosas han cambiado un tanto… bastante… más bien mucho.
¿Recordáis cuando anunciábamos en este blog que la Comunidad de Madrid era una especie de taller donde se experimentaban recortes que de forma presumible se iban a generalizar al resto del país cuando el PP ganase las elecciones? Menos mal que no iban a recortar en Sanidad ni Educación (ver: fuente).
Mañana hará siete años que entró en vigor la LOE, la primera ley de educación que recogió las dificultades específicas de aprendizaje en su texto y que unió a todas las Asociaciones de Dislexia de España para conseguirlo. Por estos días, discurre el trámite parlamentario de la LOMCE, más conocida por Ley Wert, que descontenta a prácticamente todos los sectores implicados en el ámbito educativo.
Como no hemos conseguido leernos el borrador colgado en la red por el Ministerio de Educación, no vamos a entrar a polemizar sobre algo de lo que no tenemos consistentes elementos de juicio de primera mano, pero mucho nos tememos que se pueda tratar de una vuelta al pasado, al blanco y negro.

Habrá quien diga aquello de Cualquier tiempo pasado fue mejor, frase que escuchábamos muy a menudo cuando éramos mucho más jóvenes. No estábamos de acuerdo. De alguna manera, esa frase lo que expresa  es el rechazo al paso del tiempo, a la percepción que tenemos de que cualquier tiempo pasado fue mejor, porque éramos más jóvenes. ¡Juventud, divino tesoro! Mark Twain, el gran escritor norteamericano, autor de grandes obras e incisivas frases célebres, llegó a escribir: Es mejor ser una joven sabandija que una vieja ave del paraíso (It is better to be a young June-bug than an old bird of Paradise).
No creemos que cualquier tiempo pasado sea mejor, pero sí que algunos momentos presentes son mucho peores que otros que hubiésemos querido poder olvidar.