El viaje a ninguna parte
Hace algún tiempo, cuando publicamos la entrada titulada La historia se repite teníamos muy claro que emprendíamos un viaje a ninguna parte, como el título de la extraordinaria película escrita, dirigida y protagonizada por Fernando Fernán Gómez en 1986, basada en su propia novela.
Al menos, esa era la impresión que tenemos desde hace algo más de dos años cuando provocamos el cisma que provocamos a propósito de nuestra famosa Editorial. Cuando se emprende un viaje se crean una serie de expectativas que no siempre se cumplen. Esperábamos una mayor respuesta que la que se ha producido entre la masa social de Dislexia sin Barreras (DsB) pidiendo explicaciones. Quizás por eso tengamos la percepción de que nuestro viaje se haya quedado en eso, en un viaje a ninguna parte, aunque el nuestro no es nada comparado con el de la Asociación. La obstinada cabezonería de su Presidente, Alfonso Callejas, que con su silencio no hace otra cosa que agravar las cosas, ha optado por la opción de aferrarse a su cargo y no convocar una Junta Extraordinaria para tratar de, esperando que pase el tiempo y se calmen un poco las cosas, evitar el bochorno de explicar cómo y entre quién se repartió el dinero obtenido procedente del Ministerio de Educación, cómo y de qué manera se cedieron los datos de los socios de DsB a la Fundación Aprender; por qué, a día de hoy, personas íntimamente ligadas a la Fundación Aprender, socios de DsB y en su momento miembros de diferentes Juntas Directivas anteriores de la Asociación, son los únicos que, con el permiso de Alfonso, tienen el acceso al servidor web de la Asociación.
Reconducir todo esto va a resultar complicado, si es que alguien quiere atreverse. Para algunos de vosotros, con la denuncia que hemos venido realizando de la falta de transparencia, nos hemos convertido en una especie de personajes malvados que sólo queremos la destrucción de la Asociación. ¡Qué equivocados estáis! Nuestra única pretensión en todo esto ha sido, en todo momento, devolver al socio lo que es del socio: la Asociación como un instrumento para demandar ante las administraciones públicas que los niños y niñas con dislexia sean atendidos como corresponde a la L.O.E. Y dejarnos de tonterías de movimientos rítmicos y demás zarandajas que sólo sirven para sacaros la pasta.
Seguimos enterándonos de cosas, como de la dimisión de la Vicepresidenta el 30 de noviembre. Al respecto, la entrada La historia se repite se publicó el día 26 de noviembre. Sacad vuestras propias conclusiones; pero lo grave es que este hecho ha sido ocultado durante casi dos meses a la propia Junta Directiva por Alfonso Callejas. Hay mucho más pero nos lo vamos a guardar.
Lo dicho, dicho está. Porque somos conscientes de que a nosotros este viaje no nos lleva a ninguna parte, ahí queda eso, a partir de ahora deberéis ser vosotros los que decidáis en qué queréis que quede todo esto.
Sólo una reflexión en voz alta, ¿si no hubiéramos emprendido este viaje a ninguna parte, os habríais enterado de los graves acontecimientos que están teniendo lugar en DsB al margen de los comunicados emitidos por la Secretaria (María del Mar Gómez) y el Vocal (Pedro Arribas)?
Al menos, esa era la impresión que tenemos desde hace algo más de dos años cuando provocamos el cisma que provocamos a propósito de nuestra famosa Editorial. Cuando se emprende un viaje se crean una serie de expectativas que no siempre se cumplen. Esperábamos una mayor respuesta que la que se ha producido entre la masa social de Dislexia sin Barreras (DsB) pidiendo explicaciones. Quizás por eso tengamos la percepción de que nuestro viaje se haya quedado en eso, en un viaje a ninguna parte, aunque el nuestro no es nada comparado con el de la Asociación. La obstinada cabezonería de su Presidente, Alfonso Callejas, que con su silencio no hace otra cosa que agravar las cosas, ha optado por la opción de aferrarse a su cargo y no convocar una Junta Extraordinaria para tratar de, esperando que pase el tiempo y se calmen un poco las cosas, evitar el bochorno de explicar cómo y entre quién se repartió el dinero obtenido procedente del Ministerio de Educación, cómo y de qué manera se cedieron los datos de los socios de DsB a la Fundación Aprender; por qué, a día de hoy, personas íntimamente ligadas a la Fundación Aprender, socios de DsB y en su momento miembros de diferentes Juntas Directivas anteriores de la Asociación, son los únicos que, con el permiso de Alfonso, tienen el acceso al servidor web de la Asociación.
Reconducir todo esto va a resultar complicado, si es que alguien quiere atreverse. Para algunos de vosotros, con la denuncia que hemos venido realizando de la falta de transparencia, nos hemos convertido en una especie de personajes malvados que sólo queremos la destrucción de la Asociación. ¡Qué equivocados estáis! Nuestra única pretensión en todo esto ha sido, en todo momento, devolver al socio lo que es del socio: la Asociación como un instrumento para demandar ante las administraciones públicas que los niños y niñas con dislexia sean atendidos como corresponde a la L.O.E. Y dejarnos de tonterías de movimientos rítmicos y demás zarandajas que sólo sirven para sacaros la pasta.
Seguimos enterándonos de cosas, como de la dimisión de la Vicepresidenta el 30 de noviembre. Al respecto, la entrada La historia se repite se publicó el día 26 de noviembre. Sacad vuestras propias conclusiones; pero lo grave es que este hecho ha sido ocultado durante casi dos meses a la propia Junta Directiva por Alfonso Callejas. Hay mucho más pero nos lo vamos a guardar.
Lo dicho, dicho está. Porque somos conscientes de que a nosotros este viaje no nos lleva a ninguna parte, ahí queda eso, a partir de ahora deberéis ser vosotros los que decidáis en qué queréis que quede todo esto.
Sólo una reflexión en voz alta, ¿si no hubiéramos emprendido este viaje a ninguna parte, os habríais enterado de los graves acontecimientos que están teniendo lugar en DsB al margen de los comunicados emitidos por la Secretaria (María del Mar Gómez) y el Vocal (Pedro Arribas)?
Etiquetas: asociación, Fundación Aprender, Ley Orgánica Educación, Ministerio Educación, Terapias alternativas