Dislexia sin Complejos

jueves, marzo 26, 2009

Redefiniendo la dislexia

La noticia producida ayer sobre la aprobación en el Senado de una moción de dislexia por la que se insta al Gobierno a tomar medidas concretas es, sin lugar a dudas, una buena noticia de la que se han hecho hoy eco las diferentes Asociaciones de Dislexia. No es para menos; los problemas de los ciudadanos/as que viven esta situación se ha visto recompensada por la sensibilidad del Senado de España que propone la realización de un estudio a nivel estatal, con el objetivo de identificar a los alumnos disléxicos escolarizados en centros educativos, analizar su situación y estudiar propuestas de intervención en el ámbito escolar.
Sin embargo, se nos presenta un problema técnico bastante complejo. Cuando hablamos de dislexia, ¿estamos hablando todos de lo mismo? Hemos hecho referencia en varias ocasiones a las más de 20 definiciones de dislexia existentes y a los problemas que ello plantea. Mientras una persona puede ser "etiquetado" de dislexia según la definición A (pongamos por caso), no lo sería con la definición B. Según el ámbito formativo de cada uno de los "expertos" que se propone para un estudio a nivel nacional (psicología, pedagogía, psicolingüística, audición y lenguaje), el concepto de dislexia será muy variable. Habrá quienes defiendan la hipótesis del Déficit Fonológico y quienes opten por la hipótesis del Déficit Sensitivo-Motor. ¿Qué hacer? ¿Redefinir la dislexia? El problema que surge es que, cada vez que se ha intentado redefinir la dislexia, lo único que se ha conseguido es engrosar el cada vez más elevado número de definiciones de dislexia. Hace unas pocas semanas se trataba este tema en Noticias - Dislexia:



"Según este esquema, pueden plantearse las DA en tres niveles distintos, según los diferentes profesionales implicados. El primer nivel, el del comportamiento del niñ@, haría referencia a los problemas detectados, fundamentalmente, en la escuela. Desde el punto de vista de la intervención, se trataría del nivel más importante de cara al diseño de las estrategias más apropiadas en cada caso así como el seguimiento de las mismas.
En un segundo nivel, los problemas son identificados y evaluados con baterías de tests neuropsicológicos apropiados para la detección de las diferentes categorías de DA: dislexia, discalculia, TDAH, etc. A este nivel se pueden diseñar estrategias de intervención que puedan ser evaluadas de acuerdo al método científico.
En el tercer nivel, las bases neurobiológicas de las DA son desentrañadas por medio de estudios científicos de índole genética o de neuro imagen. Lo interesante de este planteamiento es como, utilizando un código de colores se nos hace más representativo el valor individual del diagnóstico (verde) frente a la evidencia científica (rojo) del conocimiento de las DA. Como podemos apreciar en el esquema, el balance entre ambas cuestiones se encuentra más compensado en el segundo nivel, el neuropsicológico"
.

Así las cosas, deseamos que el Gobierno de España acierte con los "expertos"; pero, más aún, deseamos que lo "expertos" se pongan de acuerdo para redefinir aceptablemente la cotidiana dislexia.

Etiquetas: , , , , , , ,

Búsqueda personalizada

jueves, marzo 19, 2009

Érase una vez un hormiguero

Por F. Martínez

Érase una vez un hormiguero en las proximidades de nuestra casa en medio del campo. El hormiguero ha sido, y es, objeto de frecuentes observaciones, ya sean entomológicas o de otra suerte, por parte de los integrantes de mi familia. Hace algún tiempo nos comprometimos a hablar de lo que vamos a hablar hoy, de hormigas y dislexia.
A principios de verano de 2005, me encontraba preparando una presentación para una charla divulgativa sobre la dislexia que me fue encomendada por la Asociación Dislexia sin Barreras. Se trataba de explicar qué es la dislexia. Lo que quería contar lo tenía claro: un reciente (entonces) trabajo del Dr. Franck Ramus, Neurobiology of dyslexia: a reinterpretation of the data (Trends in Neurosciences 2004; 27: 720-726) me facilitaba enormemente la labor.
Para poder entender lo que ocurre durante el desarrollo del Sistema Nervioso Central en el período embrionario es necesario explicar que las neuronas originadas en el primitivo tubo neural deben experimentar un proceso migratorio, a medida que se desarrolla el cerebro, hasta alcanzar la periferia del mismo y situarse en la corteza cerebral (sustancia gris).



Estos complejos procesos migratorios se producen en dos secuencias: una migración radial hasta la corteza cerebral; y una migración tangencial por la cual las neuronas se ubican en su localización definitiva en las diferentes capas que componen la corteza cerebral. Como sucede en todos los procesos migratorios celulares, entre millones de neuronas sujetas a dichos procesos, muchas de ellas no consiguen alcanzar su ubicación definitiva. Esto es lo que constituye una ectopia y que, en mayor o menor medida, afecta a algunos cientos o miles de neuronas en diferentes localizaciones de la corteza cerebral. Una ectopia (ver figura siguiente) representa un atrapamiento de neuronas que las va a hacer “silentes” desde un punto de vista funcional ya que dichas neuronas van a resultar incapaces de establecer mecanismos de conexión funcionales con otras neuronas.



El problema era cómo contarlo a personas que, obviamente, no están familiarizadas con la jerga científica ni con los nombres técnicos de las diferentes zonas del cerebro que se ven implicadas en la dislexia o las dificultades de la lecto-escritura. Nos encontrábamos en medio de estas cábalas cuando, mi hija pequeña, disléxica, me preguntó mientras observaba un hormiguero:

-Papá, ¿por qué las hormiguitas van en fila una detrás de otra?

Aquella pregunta me hizo recodar como aprobé la Neuroanatomía, cuando era estudiante de Medicina, gracias a las hormigas. Enfrente de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid se encuentra el Parque Norte, lugar donde algunos íbamos a estudiar, cuando hacía buen tiempo, en lugar de recurrir a la aburrida biblioteca. Teníamos examen de Neuroanatomía al día siguiente y había que aprenderse las vías de conexión de las diferentes zonas del cerebro. Aquello resultaba imposible; y aburrido. Me llamó la atención algo que se movía débilmente entre el césped, resultó ser el cadáver de un escarabajo intentando ser arrastrado por una hormiga. Tarea imposible debido al enorme tamaño del escarabajo en relación a la hormiga. Tras muchos intentos, la hormiga desistió y yo tuve que volver a mi libro.
Pero un buen rato después observé que el cadáver del escarabajo se movía finalmente en una dirección determinada. Ya no era una hormiga. En un instante comprendí que la hormiga había ido en busca de ayuda y eso me produjo de forma inmediata un esquema visual de la representación de las conexiones intercerebrales a base de hileras de hormiguitas llevando información de un lado a otro del cerebro. Esa representación visual me sirvió para aprobar al día siguiente el examen de Neuroanatomía y un buen ejemplo visual para explicar como se produce una ectopia.
De pequeños, todos hemos llevado a cabo el típico experimento de putear a las hormiguitas interrumpiendo su hilera por métodos más o menos sádicos.



¿Qué es lo que ocurre cuando interrumpimos la hilera de hormigas? En más o menos tiempo, según el método empleado, la hormigas vuelven a organizarse y reordenar la hilera, es decir, sortean el obstáculo.



Sin embargo, algunos que nos especializamos en el puteo de las hormiguitas cuando éramos pequeños, sabemos que hay situaciones en las que no se produce esa reorganización de la hilera, o esta tarda tanto en producirse, que se genera un verdadero atasco de hormigas.



Un ejemplo de cuando ocurre esto es cuando el jodío niño, ante una necesidad fisiológica, descubre que la hilera de hormigas se interrumpe por un tiempo prolongado al orinar sobre dicha hilera. ¿Por qué sucede esto? Las hormigas lo que hacen es establecer un rastro feromónico que se va incrementando cada vez más a medida que participan más hormigas. La hormiga reconoce el rastro y a su vez incrementa el rastro aportando al mismo su capital feromónico. La orina empobrece o anula dicho rastro, dejando a las hormiguitas incapaces de poder seguir la hilera al perder la referencia que tenían. El resultado es un atasco de hormigas que no saben lo que hacer.
El ejemplo es válido para la dislexia en lo referente a la formación de una ectopia por cuanto que, sobre el conocimiento que tenemos en la actualidad, los genes implicados en la dislexia codifican factores de regulación implicados en los procesos de migración neuronal. En determinados casos, la falta o la pobre expresión de alguno de estos factores dejaría a las neuronas afectadas como a las hormiguitas que han perdido su rastro feromónico, atascadas.

Etiquetas: , , , , , , , ,

Búsqueda personalizada

jueves, marzo 12, 2009

¿Es todo dislexia?

Hemos hecho mención en diferentes ocasiones al sobrediagnóstico de la dislexia y otras dificultades de aprendizaje (DA) cuando se hace referencia a las mismas con cifras muy superiores a las que se citan en trabajos científicos. Una parte de esas dislexias serían, realmente, pseudodislexias, concepto que englobaría aquellas otras dificultades de lectura y escritura de origen extrínseco, ya sea pedagógico, afectivo o sociocultural. Los que tenemos relación con este tema por ser padres y madres de niñ@s con dislexia u otra DA, nos quejamos habitualmente del sistema educativo y de la escasa formación del profesorado. ¿Dónde podemos establecer la frontera entre las DA y la falta de preparación del profesorado? En otras palabras, ¿qué parte de culpa tiene el profesorado o qué porcentaje de esas pretendidas DA, sin serlo, podrían atribuirse a la escasa o mala formación de algunos profesores?
En 1987 el Dr. Thomas Armstrong acuñó el término inglés dysteachia (de dys, dificultad, anomalía; y teachia, por eufonía con lexia, de la palabra inglesa teacher, maestro) para referirse a lo que llamó una enfermedad pedagógica como consecuencia de la aplicación de inadecuadas estrategias de enseñanza y que conducen a un trastorno de aprendizje. En castellano no tenemos un equivalente, por lo que podríamos castellanizar el término (distichia) o buscar una posible traducción, dismaestría o disprofia. La castellanización no sería lo más apropiado debido a que el término distichia, o distiachiasis ya existe y se trata de un trastorno poco frecuente debido al crecimiento anormal (ectópico) de las pestañas que se da en seres humanos, perros y, con menor frecuencia, en gatos. Además Distichia es un género de plantas de la familia Juncaceae.
Dismaestría sería un término poco preciso por el gran número de acepciones que tiene por sí mismo maestría. Quizás el más apropiado sería disprofia, pero recurriremos a Manuel, de Mi dislexia y yo, que ya acuñó el término adislexia por si se le ocurre alguno más apropiado.
La disprofia (dysteachia en inglés) sería una DA como consecuencia de una mala o inadecuada intervención en el aula, atribuible al profesor o maestro y cuyo resultado sería una aparente dislexia (pseudodislexia). De alguna manera, el diputado laborista Graham Stringer en su artículo Dyslexia is a myth (ver noticia) estaba (aunque exagerando) haciendo referencia a esta cuestión.
Pero hay más, Merchant en 2002 propuso también el término dysparentia (de dys y parental, relativo a los padres) en The spectra of learning disorders: an integrative approach en relación al escaso o nulo interés de los padres, en algunos casos, por el trabajo o apoyo en casa con niñ@s con algún grado de dificultad.
Si algunos cifran que la incidencia de la dislexia se encuentra en torno al 15% cuando, para un idioma transparente como el español, los trabajos más serios, la establecen en torno a un 5%, todo parece indicar que el 10% restante se repartirían entre la disprofia y la disparentia, presumiblemente a partes iguales: el 5% cada uno, aunque, una vez más, no hay estudios al respecto.

Etiquetas: , , , , , ,

Búsqueda personalizada

jueves, marzo 05, 2009

Carteles de dislexia

Hoy vamos a cambiar de registro. Vamos a aparcar por esta semana a los “disléxicos famosos” debido a una noticia que ha pasado un tanto desapercibida y que se publicaba en el Blog de Dislexia – Madrid esta semana pasada. El viernes día 27 de febrero, la Asociación Dislexia sin Barreras cumplía 4 años de existencia.
En palabras de Oscar Wilde: El único deber que tenemos con la historia es reescribirla. Nosotros no vamos a reescribir nada. En gran medida, este Blog es un reflejo de la aún breve y a veces turbulenta historia de Dislexia sin Barreras. Como un pequeño homenaje a lo sucedido durante estos primeros años, os mostramos “un poco de historia” a través de los carteles que se diseñaron para las Jornadas informativas de la Asociación y que forman parte de esa historia no escrita.



En noviembre de 2005 se convocó entre los socios un concurso de carteles para elegir el que sería la imagen de la Asociación. En la reunión que tuvo lugar el día 18 de diciembre en “La Casa de la Cultura” de Tres Cantos, fueron expuestos todos los carteles participantes. Los tres que aparecen en la imagen superior fueron los más llamativos.
Por aquél entonces se estaban preparando las I Jornadas Informativas sobre Dislexia en Valdemoro, que tuvieron lugar el 6 de febrero de 2006.



En el cartel no se incluyó la imagen que inicialmente estaba reservada para el cartel de la Asociación, pero al surgir el diseño definitivo que todos conocéis, se llegó a tiempo de incluirlo en el tríptico.



Este diseño fue reutilizado un año más tarde para la emisión del
sello conmemorativo de curso legal del II aniversario de la Asociación.



Mientras se preparaban las Jornadas de Valdemoro, una persona ajena a la asociación, Eva González, nos realizó de forma altruista el diseño del cartel que todos conocemos y que fue presentado de forma oficial desde este mismo Blog el 26 de marzo de 2006.



El trabajo se acumulaba porque mientras la L.O.E. era debatida en el Senado, surgió la oportunidad de organizar unas Jornadas Informativas, esta vez en Getafe, el 24 de abril de aquél mismo año.



Dos de los tres carteles que más habían gustado en el concurso-exposición organizado por la Asociación, habían sido ya utilizados para la difusión del conocimiento de la existencia de Dislexia sin Barreras. Faltaba uno y le llegó el turno para la Jornada Informativa que tuvo lugar en Gálvez (Toledo) el 31 de marzo de 2007 coincidiendo con la 2ª Asamblea de la Asociación.



El cartel fue diseñado e impreso de forma casera y artesana, realizándose sólo unos cuantos carteles debido a la premura con que se organizó la Jornada. Pero no quedó mal.

Y esto es lo que os queríamos mostrar, un pequeño recorrido virtual por los primeros momentos de Dislexia sin Barreras. Nos sentimos identificados con las palabras de León Tolstoi: La historia asemeja a un sordo que contesta preguntas que nadie hace. Es probable que a pocos os interesen estos carteles de dislexia y la historia que encierran, pero ahí están, mudos testigos de un pasado reciente.
Para otra ocasión dejamos el recorrido virtual de los carteles de las demás Asociaciones.

Etiquetas: , , , ,

Búsqueda personalizada