Dislexia sin Complejos

jueves, junio 23, 2011

Fin de curso

Poco a poco, y casi sin darnos cuenta, nos hemos plantado en el final del curso académico. A falta de las temibles notas, aunque en algunos casos ya son conocidas, el curso ha terminado y la suerte está echada. Con mejores o peores resultados, lo cierto es que las notas no reflejan de manera fiel ni el esfuerzo ni el aprendizaje de un alumno con dislexia; tan solo la adecuada o inadecuada utilización de una herramienta: la lecto-escritura, para la cual una persona con dislexia tiene una dificultad manifiesta que le acarrea una clara desventaja.
Aunque no en todo lo que quisiéramos, lo cierto es que poco a poco se van consiguiendo avances, si bien poco significativos en la mayoría de los casos. Que la dislexia es algo real y que está ahí, presente en un porcentaje (por determinar) del alumnado, aunque no nos guste a nadie, es algo que va calando entre el profesorado. Poco a poco se va consiguiendo que se tenga en cuenta y se respete la dificultad de un alumno disléxico o con otra dificultad de aprendizaje, si bien no en la medida que a todos nos gustaría. Pero algo es algo. El mensaje lanzado desde las Asociaciones de Dislexia y la Federación Española de Asociaciones de Dislexia (FEDIS) a la sociedad va calando lentamente, y eso es importante. Pensar que la LOE y su desarrollo a nivel autonómico iba a suponer una especie de varita mágica que solucionase el problema es simplemente una ilusión. Hay que seguir trabajando porque es todavía mucho lo que hay que hacer, tanto a nivel individual como colectivo. Pero con el final del curso nos hemos ganado todos un respiro; mientras se digiere el amargo resultado de las notas finales en muchos casos, cabe prepararse para un caluroso y deseamos placentero verano en la piscina, el campamento o la playa. En cualquier caso, lejos del incomprensible mundo de las letras que suele ser para una persona con dislexia.
Nosotros seguiremos, de momento, hurgando y trasteando por la dislexia porque siempre habrá un momento y algo que contar en torno a esta y otras dificultades de aprendizaje.

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jueves, junio 09, 2011

De desventaja a desigualdad

La Constitución española dice en el capítulo II, artículo 14:
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Durante esta semana han empezado en gran parte de las Comunidades Autónomas las Pruebas de Acceso a la Universidad, la famosa selectividad. Muchas personas con dislexia se presentan a dichas pruebas, a las que deseamos el mejor resultado. En algunas Comunidades Autónomas se han tomado medidas para que las personas con dislexia no vean penalizado su esfuerzo por las faltas de ortografía, como anunciábamos hace unos meses en este blog, a propósito del acuerdo adoptado por el Consejo Interuniversitario de Catalunya (CIC). Es una buena noticia y un gran alivio para aquellos aspirantes con dislexia catalanes, como lo es también para algunos de otras Comunidades Autónomas, pero no de todas. Si la Constitución nos iguala ante la ley, la realidad es que se discrimina a la dislexia según de dónde se sea, y eso no es justo. Si la LOE incluía las Dificultades de Aprendizaje por primera vez en el apartado de Necesidades Educativas, dejaba el desarrollo de la normativa a cada Comunidad Autónoma, algo que provoca desigualdades interterritoriales importantes, por la sencilla razón que, mientras unas se han puesto las pilas, otras no. La dislexia no es sólo una desventaja (Artigas), por si fuera poco, ahora tenemos que ponerle apellido, es desigual. No es lo mismo ser disléxico catalán que ser disléxico castellano, por poner un ejemplo, al menos al intentar acceder a la Universidad.



A todos los discentes que se examinan en estos días ¡mucho éxito!
Y como hemos leído en algún foro: más vale chuleta en mano que recuperación en verano.

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