Dislexia sin Complejos

jueves, septiembre 30, 2010

Los pilares de la dislexia

La cadena de televisión Cuatro está emitiendo los martes la miniserie para TV Los pilares de la Tierra, dirigida por Sergio Mimica-Gezzan y basada en el exitoso libro de Ken Follett. La serie ha tenido una buena acogida, en general, de público y crítica, pero no es el libro, obviamente. Pablo Gutiérrez lo ha descrito acertadamente: Los Pilares de la Tierra es una adaptación notable y un producto televisivo recomendable, que sin embargo no logra equipararse a esa catedral de muros imperecederos que quienes disfrutaron con el libro construyeron en su imaginación. Pero esto es algo que sucede habitualmente, la adaptación cinematográfica de una obra literaria es algo realmente complejo porque el cine le corta las alas a la imaginación que se nos pone en marcha durante la lectura del libro.
Ken Follett, publicó Los pilares de la Tierra en 1989 y la secuela de este, Un mundo sin fin, en 2007. Para escribir la segunda parte, que hubiera sido mejor traducir su título en español Por los siglos de los siglos (Ver artículo en Wikipedia), Follett se inspiró en la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz, que se encuentra actualmente en obras de restauración. Curiosamente, la Catedral puede visitarse ya que se encuentra Abierto por Obras, y tuvimos la ocasión de hacerlo cuando el año pasado la Asociación de Dislexia de Euskadi (Dislebi) nos invitó a participar en sendas jornadas de Vitoria y de Ermua





La Fundación Catedral de Santa María es la encargada de gestionar los laboriosos trabajos de restauración que se están llevando a cabo. En agradecimiento a la labor de difusión de Follett en este ambicioso proyecto, se erigió una estatua del escritor a tamaño natural.





Pero ¿qué tiene todo esto que ver con la dislexia? Salvo que Ken Follett ha sido Presidente de la Dyslexia Action durante diez años, en principio nada. La miniserie Los pilares de la Tierra nos ha sugerido el título de este post porque queríamos incidir un poco más en uno de los pilares fundamentales de la dislexia: la herencia genética de la misma.
A menudo nos habéis planteado las dudas que os surgen sobre la genética de la dislexia y el carácter congénito en ocasiones de la misma. Aunque parece clara la diferencia, la práctica nos está indicando que esto no es así. Todas las dislexias (excepto las dislexias adquiridas) son congénitas o perinatales (aunque sean conceptos diferentes); esto es, cualquier factor genético, físico, químico o biológico (ejemplo una infección) que interfiriese en el proceso de migración neuronal provocando ectopias en determinadas áreas del cerebro, podría ser susceptible de desencadenar esta desventaja. Así, por ejemplo, Pasko Rakic y colaboradores consiguieron inducir ectopias en el cerebro de embriones de ratones sometidos a ultrasonidos (Ver entrada). También la prematuridad podría estar implicada en la dislexia así como en el TDAH, o el consumo de tabaco por la madre durante el embarazo (Ver noticia). Se trataría de dislexias (y/o TDAH) congénitas no necesariamente heredables por la descendencia del sujeto que la portase.
Sin embargo, a partir de la evidencia de familias con un buen número de casos de dislexias (también en el caso de TDAH), los análisis genéticos llevaron a la detección de una serie de zonas del genoma humano presumiblemente implicadas en la dislexia (Ver noticia).



Actualmente está perfectamente reconocido el carácter hereditario de la dislexia y los genes que intervienen en ella. De hecho, en este blog, hemos tratado en varias ocasiones el tema buscando los ancestros de la dislexia remontándonos hasta hace unos 40.000 años con el primitivo Homo sapiens dislexicus (que no existió pero suena bien).
Lo más curioso de todo esto es que la dislexia estuvo ahí, durante miles de años, esperando pacientemente hasta la invención de la escritura por el ser humano para decir: ¡aquí estoy yo! y convertirse en la desventaja que representa en el momento actual.

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jueves, septiembre 23, 2010

Otoño y dislexia

Esta madrugada hemos entrado oficialmente en el otoño en el Hemisferio Norte a la 5 horas y 9 minutos (hora de España). Un otoño que promete ser interesante para la dislexia, como casi todos los años (Ver: Noticias-Dislexia).
Para empezar, nos hemos despertado con el artículo Cholinergic Enhancement Augments Magnitude and Specificity of Visual Perceptual Learning in Healthy Humans (Rokem A, Silver MA) de la Universidad de California y publicado on-line en la revista Current Biology.
En este trabajo, los investigadores llevaron a cabo un ensayo doble ciego en voluntarios sanos con el medicamento Aricept (Donepezilo), un inhibidor de la colinesterasa que se se utiliza para tratar las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer y la demencia. Se ha sugerido que la acetilcolina interviene en los procesos que regulan el aprendizaje mediante la mejora de las respuestas de las neuronas corticales sensoriales a los estímulos conductualmente relevantes. En este estudio, los autores provocaron un aumento de los niveles sinápticos de la acetilcolina en los cerebros de los sujetos humanos sanos con el Aricept y midieron los efectos de esta mejora colinérgica en el aprendizaje perceptivo visual.
Para los autores de este trabajo, técnicas de aprendizaje perceptivo visual se utilizan para ayudar a pacientes con condiciones clínicas tales como la dislexia y la ambliopía (...) y en estudios adicionales encontramos que los inhibidores de la colinesterasa aumentan la eficacia de los tratamientos de percepción de aprendizaje para estos pacientes.
Obviamente no es cuestión de utilizar el Aricept para el tratamiento de la dislexia (ver: ¿Tratamiento farmacológico de la dislexia?), pero sí es cierto que el investigar cómo actúan determinados fármacos en el Sistema Nervioso Central nos ayuda a conocer mejor su funcionamiento y qué es lo que falla en determinadas situaciones como en el caso de la dislexia.



SPECT [Single Photon Emission Computed Tomography] cerebral de un paciente con los primeros síntomas de enfermedad de Alzheimer.

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jueves, septiembre 16, 2010

La ceremonia

Aunque no nos suelen gustar los homenajes a título póstumo, este año la SEMINCI (Semana Internacional de Cine de Valladolid) mantendrá la retrospectiva que tenía prevista dedicada al director francés Claude Chabrol, así como el estreno en España de su última película: Bellamy (2009). El pasado domingo día 12, el director francés Claude Chabrol moría en París a la edad de 80 años, uno de los máximos exponentes de la Nouvelle Vague.
La extensa y, considerada por muchos, irregular filmografía del director francés, incluye películas que suelen sustentarse sobre tramas simples con personajes complicados. Tal es el caso de la película que hemos mencionado en alguna ocasión (de refilón) en este blog La ceremonia (La cérémonie, 1995), basada en la novela de Ruth Rendell, La mujer de piedra (A Judgment in Stone).



En realidad, en esta película la dislexia no pinta nada. Sobre el libro hicimos ya algún comentario en referencia al analfabetismo de la protagonista, y es que el libro no puede tener un comienzo más explícito:

Eunice Parchman asesinó a la familia Coverdale. Lo hizo porque no sabía leer ni escribir.

Chabrol traslada la acción en su película La ceremonia, a la Francia actual, lo que hace que se pierda un poco el sentido del analfabetismo de la protagonista que en la película pasa a llamarse Sophie. Es por ello por lo que permite que el espectador confunda analfabetismo con dislexia cuando Melinda se pone las gafas de Eunice/Sophie y comprende el ardid de la protagonista:

-¿Es usted disléxica?



Esta secuencia es el desencadenante del drama que nos anuncia la escritora en la primera línea del libro. La adaptación de Chabrol sigue una de sus máximas preferidas: defiendo las tramas simples con personajes complicados. Al respecto, el personaje de Eunice/Sophie es de una complicación extrema partiendo de ese analfabetismo mejor explicado en La mujer de piedra: una niña desplazada durante su edad escolar, en la segunda guerra mundial.



Con un final que queda abierto, a diferencia del libro, la película, no obstante, se desarrolla en unos términos más que aceptables para el espectador. La historia nos envuelve con la sencillez propia y característica de Claude Chabrol, un maestro que ya no está entre nosotros.

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jueves, septiembre 09, 2010

¡Quéjate siempre!

Hasta que el cura nos separe (License to Wed, Ken Kwapis, 2007) no sólo no es una película sobre dislexia; en nuestra opinión, se trata además de una mala película en líneas generales montada sobre una serie de gags más o menos graciosos para un presunto lucimiento del actor Robin Williams. No obstante, sin ninguna referencia a una posible dislexia de alguno de sus personajes, una de las secuencias más divertidas podría entrar en los anales de la dislexia en el cine: la de la inscripción en el anillo de boda.



Excelentemente doblada al español, nos estamos refiriendo a la escena en la que Ben (John Krasinski) va a recoger los anillos de boda que ha encargado días antes y ha escrito en un papel la inscripción que debe figurar en el anillo.



Para su sorpresa, en el anillo reza: Quéjate siempre. La discusión que sigue, muy divertida, hace referencia a que él ha escrito en el papel: Quédate siempre. Como se pone de manifiesto durante la escena, es su mala ortografía la causante del malentendido. En la versión original, el malentendido surge con Never to fart (Nunca te peas) y Never to part (Nunca te marches).



La película la vimos durante un desapacible día de invierno de 2008 cuando ya estábamos procediendo a una búsqueda de películas relacionadas con la dislexia y éramos susceptibles a cualquier escena con alguna reminiscencia sobre esta desventaja. También de esa misma época es Se armó la gorda (Bringing down the house, Adam Shankman, 2003), en la que sale a relucir que Georgey (Angus T. Jones), el hijo de Peter (Steve Martin), no va bien en el colegio por sus problemas con la lectura.



Secuencias de cine al margen, con el comienzo del nuevo curso, un pequeño consejo: ¡Quéjate siempre! El desarrollo de la L.O.E. en lo que se refiere a las Dificultades de Aprendizaje, está resultando más lento de lo que desearíamos todos. Salvo honrosas excepciones en determinadas Comunidades Autónomas, prácticamente no se ha hecho nada. Asirse al texto de la L.O.E. no va a servir en la mayoría de los casos para que se haga justicia en el aula. El único recurso que nos suele quedar es el de quejarnos por la falta de atención adecuada a los niñ@s con una dificultad de aprendizaje, aun a riesgo de que se nos considere unos padres y madres histéricos.

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