Dislexia sin Complejos

jueves, mayo 27, 2010

Mi nombre es Khan

Ayer se proyectó a concurso en la sección oficial del Festival Imagine India 2010, que está desarrollándose en Madrid desde el pasado día 18 de Mayo, la película Mi nombre es Khan (My Name is Khan, Karan Johar, 2010), a la que hemos hecho referencia en varias ocasiones en este blog. No se trata de una película de dislexia, como Taare Zameen Par, ganadora de la edición de 2008 de éste mismo festival, pero que se merece el protagonismo que aquí le vamos a dar.



Se trata de una hermosa película que bien merece ocupar un titular en este blog. Partiendo del síndrome de Asperger del protagonista, Khan (interpretado por Shahrukh Khan) nos los describe oportunamente: miedo a nuevos lugares y nuevos rostros; odio a determinados colores o a los sonidos muy altos. Es una persona incapaz de expresar sus emociones: no puede llorar. Como él mismo cuenta, tres palabras resumen su diferencia con los demás: Síndrome de Asperger. Sin embargo, Khan es capaz de enamorarse de Mandira (muy bien interpretada por la actriz Kajol).



Hasta aquí la bella historia de amor que nos cuenta la película. Pero, en un momento dado, todo cambia, el hijastro de Khan es víctima de la sinrazón y la obsesiva paranoia colectiva que se apoderó de una parte de la sociedad americana tras los atentados del 11 de Septiembre. La profesión de la religión musulmana por Khan es el origen del drama dentro de esa bella historia de amor. Y hasta ahí podemos contar.





La película se estrenó en USA el 12 de febrero de este año, el mismo día del estreno mundial de Percy Jackson y el ladrón del rayo. Con una actuación excepcional de Shahrukh Khan, Mi nombre es Khan nos recuerda inevitablemente, al menos en parte, a Rain Man (Barry Levinson, 1988) y a Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994), de hecho tiene muchas cosas en común con estas dos películas, si bien tiene personalidad y autenticidad propia.



La película se estrena mañana día 28 de mayo oficialmente en España. Por una vez nos ahorramos la famosa coletilla, muy típica en este blog, de no estrenada en España. Pero...
Sí, hay un pero. La película que se proyectó ayer y que es la que podrá verse en su distribución comercial, está recortada 38 minutos. Como ya la habíamos visto nos percatamos en seguida. Nos quedamos un tanto perplejos por cuanto resulta verdaderamente extraño que una película que compite en un festival sea presentada en una versión recortada. Claro que los espectadores alemanes lo tienen más crudo: la versión alemana dura casi una hora menos.



(Fotograma de una secuencia recortada de la versión que se exhibirá en España)

El síndrome de Asperger fue descrito por el psiquiatra y pediatra austriaco Hans Asperger en 1944 (Asperger H. Die 'Autistischen Psychopathen' im Kindesalter. Archiv für Psychiatrie und Nervenkrankheiten, 1944; 117:76-136), si bien nunca fue tenido en cuenta. El término fue utilizado por primera vez por Lorna Wing en 1981 (Asperger syndrome: a clinical account. Psychological Medicine, 1981; 11:115-129), que fue quien lo denominó síndrome de Asperger en honor y reconocimiento de su verdadero descubridor. Forma parte de los denominados trastornos del espectro autista y se encuentra encuadrado dentro de los trastornos generalizados del desarrollo (DSM-IV).
Para más información sobre el síndrome de Asperger, os recomendamos visitar este enlace de la Federación Asperger España.

A través de la película Mi nombre es Khan, el cine podrá dar difusión social a un trastorno nada infrecuente y bastante desconocido como es el Síndrome de Asperger, gracias a su estreno comercial, algo que no ha conseguido la dislexia con Taare Zameen Par.

Por cierto, otra gran película sobre el síndrome de Asperger es Locos de amor (Mozart and the Whale, Peter Naes, 2005).

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jueves, mayo 20, 2010

Nuestra Filmodisleteca

Poco a poco, nuestra filmoteca sobre películas de dislexia, nuestra filmodisleteca como la llamamos cariñosamente, va in crescendo. Que la dislexia es común en todos los idiomas del mundo lo demuestra el propio cine: Taare Zameen Par (hindi); To kanarini podilato (griego);



Den Bästa Sommaren (sueco); Utbor-opprøret (noruego); Comment j'ai tué mon père (francés); Sagip sa Ika-7 Hakbang (tagalo);



Guten Morgen, Herr Grothe (alemán). Hasta en español: Salvador, Puig Antich. Y, por supuesto, inglés: Rudy, Wilby Wonderful,



Mean Creek, The Uggly, A Judgement in Stone, Breaking the Surface, The Secret, etc.

La dislexia se pasea por el cine de muchas formas: comedia, drama, terror…, pero el caso es que se encuentra presente en ese gran invento de los hermanos Lumiére. Muchas películas que hemos mencionado en este blog tratan de la dislexia o tienen alguna relación con ella, así como muchas otras que aún no hemos mencionado todavía pero que lo haremos en próximas entradas. Muchas de estas películas no han sido estrenadas en España, motivo por el que hemos ido adquiriéndolas de forma legal desde sus países de origen. Subtitularlas no es tarea fácil, aunque lo hayamos hecho para el corto bAd, sobre el que Dislecan os debe una primicia informativa.



Ahora nos hayamos inmersos en la traducción de los subtítulos del inglés al español de la película sueca Den Bästa Sommaren (A Summer Tale), una hermosa película.



Como dice nuestra buena amiga María Noguera de AVADIS: visualizar y vivir a través del drama o la comedia los problemas de la dislexia, nos aleja lo suficiente y al mismo tiempo nos acerca como para reconocer el problema en una dimensión casi real.

Todas las películas de que disponemos han sido adquiridas legalmente y se encuentran a disposición de las Asociaciones de Dislexia que estén interesadas en llevar a cabo un Cine Fórum sobre esta desventaja.
Por cierto, ¿alguno de vosotros sabe griego, noruego o tagalo?

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jueves, mayo 13, 2010

Rudy

Rudy Ruettiger es un nombre que nos dice bastante poco en España. Al fin y al cabo, no tenemos gran tradición por el fútbol americano. Su vida, mejor dicho, su sueño por llegar a jugar con la Universidad de Notre Dame (Indiana) inspiró la película Rudy (David Anspaugh, 1993), conocida en España como Rudy, reto a la gloria.



Rudy Ruettiger no figura en las listas de los mejores jugadores de fútbol americano de toda la historia, pero su historia fue capaz de inspirar una bella película con una música extraordinaria del prolífico Jerry Goldsmith. Su historia, la que refleja la película, es la persecución de un sueño: jugar al fútbol con la camiseta de la Universidad de Notre Dame.



Rechazado en tres ocasiones para ingresar en la Universidad de Notre Dame, cursó estudios en el Holy Cross College, donde le fue detectada la dislexia por aquél entonces. Pero al final consiguió, no sin esfuerzo, que le admitieran en Notre Dame.
A base de tenacidad y sacrificio consiguió entrar en el equipo de fútbol. Rudy sólo aspiraba a poder ser convocado, aunque fuera tan sólo una vez, para el banquillo de uno de los partidos del equipo de la universidad y vestir su camiseta. No jugó un solo partido durante todo ese tiempo, ni siquiera fue convocado para sentarse en el banquillo.





En el último año de la universidad, para el último partido de la temporada, fue convocado por el entrenador Dan Devine, simplemente para hacer realidad el sueño de Rudy y que su familia y sus amigos pudieran verle vestido con la camiseta del equipo. A falta de escasos segundos para terminar el encuentro, el entrenador dio orden para que Rudy saltara al campo. Esos segundos de gloria debieron ser los más maravillosos de su vida: Rudy Ruettiger se convirtió en el segundo jugador de toda la historia del equipo de fútbol americano de la Universidad de Notre Dame en salir a hombros del estadio.



En la actualidad, Rudy Ruettiger dirige la Fundación que lleva su nombre y ofrece charlas sobre motivación y dislexia.



Interpretada por el actor Sean Astin, la película Rudy está considerada una de las 25 mejores películas con ambientación deportiva en dos encuestas realizadas en 2005 por el ESPN (Entertainment and Sports Programming Network). En dicha lista figura también la película Ali (Michael Mann, 2001), protagonizada por Will Smith, sobre un período de la vida del boxeador Muhammad Ali (Cassius Clay), actualmente aquejado de enfermedad de Parkinson y disléxico. Muhammad Ali participa ocasionalmente en actividades para promocionar el conocimiento de la dislexia. No obstante, la película Ali, no hace ninguna referencia a la dislexia de uno de los más grandes boxeadores de todos los tiempos.



No es el caso de Breaking the surface: The Greg Louganis Story, (Steven Hilliard Stern, 1997) un telefilme basado en el libro del mismo título escrito por Eric Marcus y el propio Greg Louganis. Louganis está considerado el mejor saltador de todos los tiempos. Conmocionó al mundo entero cuando en 1994 reconoció abiertamente su homosexualidad y estar infectado por el VIH. En este telfilme se hace referencia a los numerosos problemas de Louganis desde su infancia, incluida la dislexia que le acompaña. Pero sobre esta película volveremos en un futuro.

Y ya que hemos estado hablando de deportes: aunque no somos atléticos (tampoco del Real Madrid), felicitar a toda la familia atlética por este 2º título europeo conseguido ayer, 48 años después del primer título europeo, la Liga Europa.



(Foto publicada por el diario Deia)

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jueves, mayo 06, 2010

Puente sobre aguas turbulentas

Si la semana pasada nos movíamos Como pez en el agua, esta semana vamos a cruzar un puente sobre aguas turbulentas. El tema que vamos a tratar es duro, muy duro, y por tanto delicado. Si el cine refleja una realidad social, si las películas nos cuentan historias, algunas de ellas pueden ser realmente terribles, como es el caso de la película The Ugly (Scott Reynolds, 1997).



Esta película neozelandesa, que nos recuerda algo a El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991), trata de un asesino en serie.
Siempre se ha dicho que la realidad supera a la ficción. ¿Puede superar la realidad un argumento tan espeluznante como el de The Ugly? La respuesta es sí. Joel David Rifkin tiene el “honor” de ser uno de los asesinos en serie más famosos de EE.UU (From the Mouth of the Monster: The Joel Rifkin Story, Robert Mladinich, Simon & Schuster Australia, 2001).



Rifkin cumple una condena de 203 años por 17 asesinatos y es disléxico, como Simon, el protagonista de The Ugly, interpretado por Paolo Rotondo.



Ambos tienen en común, tanto el personaje de ficción (Simon) como el real (Joel D. Rifkin), el haber sufrido acoso escolar (bullying) en la infancia. No es una relación infrecuente; lamentablemente hemos conocido unos cuantos casos. Pero tampoco es inusual lo contrario, chavales con dislexia que practican el acoso escolar y que también ha recogido el cine, como es el caso de Mean Creek (Jacob Aaron Estes, 2004), con Josh Peck haciendo el papel de un matón de escuela con una dificultad de aprendizaje.





Asociar dislexia (per se) a asesinos en serie es tan desproporcionado como el asociarla a genialidad. Pero ¿por qué se le asocia a genialidad y, en cambio, miramos para otra parte cuando la asociación es con delincuencia o criminalidad? Lo cierto es que dislexia se relaciona más frecuentemente a delincuencia que a éxito. Evidentemente ni la dislexia es causa de genialidad ni de delincuencia, pero sí un factor de riesgo o, podríamos decir, subyacente. De la misma manera que la dislexia es más frecuente en empresarios (ver cita), también los es entre la población reclusa (ver cita).
Aunque en algunos casos la criminalidad puede tener una carga genética, parece indudable que la violencia siempre es el resultado de la interacción de las disposiciones hereditarias y de la influencia del ambiente (Genética de la Violencia, Marcela Jara V, Sergio Ferrer D, en Rev Chil Neuro-Psiquiat 2005; 43(3): 188-200). Esta influencia del ambiente en la dislexia puede ser, en muchos casos, de resultados catastróficos por la merma en la autoestima que se va produciendo en el desarrollo de la personalidad de un ser tan vulnerable como es el caso de un niñ@ durante el largo proceso del aprendizaje. Si a esto se le asocia el bullying y las agresiones físicas, el odio es una consecuencia casi natural y lógica de toda esta mezcolanza de experiencias lamentables.
¿Qué podemos hacer? La dislexia no tiene cura porque no es una enfermedad. Acompañará al individuo durante toda su vida. Un niño con dislexia será un adulto con dislexia. Pero sí podemos, y debemos, prevenir las consecuencias que puede tener la dislexia. Si evitamos la exclusión, si evitamos la desventaja, es muy probable que evitemos la frustración y el daño en la autoestima que suelen ser el germen de cosas mucho peores que la propia dislexia, como a veces el cine se encarga de recordarnos.
Si no tenéis estómago, es mejor que renunciéis a ver la película The Ugly, premio a la mejor dirección en el Festival de Sitges de 1997.
Queda la opción de entretenerse un rato con la estrambótica y patética parodia sobre las películas de terror titulada Me parece que ... sé lo que gritasteis el último viernes 13 (Shriek If You Know What I Did Last Friday the Thirteenth, John Blanchard, 2000), en la que uno de los personajes es disléxico.



Pero nosotros no os la recomendamos.

La semana que viene trataremos sobre motivación a propósito de una muy buena película relacionada con la dislexia. ¡Os esperamos!

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