Cara y cruz de la dislexia
Las siempre agudas e interesantes reflexiones de Manuel en su blog Mi dislexia y yo, en esta ocasión sobre discapacidad y dislexia, nos llevan al terreno, habitualmente más filosófico que científico, acerca de las discrepancias que a veces surgen en torno al concepto de dislexia. Como si se tratase de una moneda, la dislexia tiene una cara y una cruz. Suscribimos punto por punto la reflexión de Manuel por cuanto que no estamos de acuerdo con considerar la dislexia como una discapacidad. Ello no quita que en determinados casos pueda ser un factor discapacitante, pero en cualquier caso, una discapacidad artificial debido a que el lenguaje es un invento humano relativamente reciente teniendo en cuenta el amplio peregrinaje del Homo sapiens sobre la faz de la tierra.
Somos partidarios de una sociedad que actúe correctamente ante cualquier tipo de necesidad o simplemente por atender a la diversidad, antes que aquella en la que la pena del 33% sea lo que mueve el mundo, como bien dice Manuel. En el mundo anglosajón el concepto de discapacidad (disability) en relación a la dislexia está muy extendido, si bien es cierto que tienen una palabra que ha sido incorporada a nuestro diccionario de la RAE que define mejor lo que es la dislexia: handicap. Además de la tentación rentista que puede representar el concepto de discapacidad, el problema, en España, es la relación que conlleva casi implícita de asociar esta a enfermedad, trastorno y otros conceptos médicos que tanto nos chirrían a muchos.
Coincidiendo con la publicación del post de Manuel al que venimos haciendo referencia, encuentro esta otra noticia en la red: Ejercicios de escritura y lectura curan dislexia. Quien ha escrito el artículo no se ha molestado ni quince minutos en buscar información seria y rigurosa sobre la dislexia. Bueno, al menos habla de una alternativa a la Cienciología que curó la dislexia de Tom Cruise. En ese artículo, al cual nos vemos obligados a tener que poner un enlace (ver aquí, aunque no os lo recomiendo), podemos leer: está clasificada (la dislexia) dentro de las enfermedades criptogénicas, es decir, de origen oscuro, puesto que no se ha podido probar si hay una base fisiológica para su aparición o si esta tiene marcado su origen en los genes, o sea, si es hereditaria. Nosotros, cuando nos hemos referido en alguna ocasión al lado oscuro de la dislexia, lo hemos hecho en otro contexto, el de las temibles consecuencias a las que puede conducir. Aunque es bastante cierto que aún nos falta mucho para entender y comprender todo lo que sucede en el cerebro disléxico, hablar de enfermedad, y además de enfermedad criptogenética, es realmente patético. Como lo es el párrafo siguiente: La persona con dislexia confunde las letras tanto al escribir como al leer, lo que es conocido en psicología como interacción de espejo. Da la impresión de que el autor o autora (no está firmado el artículo) ha oído campanas y no sabe dónde.
Siempre que nos referimos a la dislexia hay una cara y una cruz. Hemos dicho muchas veces que no estamos en posesión de la verdad absoluta y que, presumiblemente, en muchas de las opiniones que vertemos en este blog, estemos equivocados, pero de lo que podemos hacer gala es de que siempre distinguimos entre una verdad científica contrastada y una opinión o reflexión nuestra cuestionable.
Somos partidarios de una sociedad que actúe correctamente ante cualquier tipo de necesidad o simplemente por atender a la diversidad, antes que aquella en la que la pena del 33% sea lo que mueve el mundo, como bien dice Manuel. En el mundo anglosajón el concepto de discapacidad (disability) en relación a la dislexia está muy extendido, si bien es cierto que tienen una palabra que ha sido incorporada a nuestro diccionario de la RAE que define mejor lo que es la dislexia: handicap. Además de la tentación rentista que puede representar el concepto de discapacidad, el problema, en España, es la relación que conlleva casi implícita de asociar esta a enfermedad, trastorno y otros conceptos médicos que tanto nos chirrían a muchos.
Coincidiendo con la publicación del post de Manuel al que venimos haciendo referencia, encuentro esta otra noticia en la red: Ejercicios de escritura y lectura curan dislexia. Quien ha escrito el artículo no se ha molestado ni quince minutos en buscar información seria y rigurosa sobre la dislexia. Bueno, al menos habla de una alternativa a la Cienciología que curó la dislexia de Tom Cruise. En ese artículo, al cual nos vemos obligados a tener que poner un enlace (ver aquí, aunque no os lo recomiendo), podemos leer: está clasificada (la dislexia) dentro de las enfermedades criptogénicas, es decir, de origen oscuro, puesto que no se ha podido probar si hay una base fisiológica para su aparición o si esta tiene marcado su origen en los genes, o sea, si es hereditaria. Nosotros, cuando nos hemos referido en alguna ocasión al lado oscuro de la dislexia, lo hemos hecho en otro contexto, el de las temibles consecuencias a las que puede conducir. Aunque es bastante cierto que aún nos falta mucho para entender y comprender todo lo que sucede en el cerebro disléxico, hablar de enfermedad, y además de enfermedad criptogenética, es realmente patético. Como lo es el párrafo siguiente: La persona con dislexia confunde las letras tanto al escribir como al leer, lo que es conocido en psicología como interacción de espejo. Da la impresión de que el autor o autora (no está firmado el artículo) ha oído campanas y no sabe dónde.
Siempre que nos referimos a la dislexia hay una cara y una cruz. Hemos dicho muchas veces que no estamos en posesión de la verdad absoluta y que, presumiblemente, en muchas de las opiniones que vertemos en este blog, estemos equivocados, pero de lo que podemos hacer gala es de que siempre distinguimos entre una verdad científica contrastada y una opinión o reflexión nuestra cuestionable.
Etiquetas: Blogs de dislexia, discapacidad, Dislexia, handicap, Homo sapiens, opinión